Las empresas de seguridad y vigilancia de todo el mundo están en jaque después de que Wikileaks haya publicado hace pocos días una serie de ‘Spy Files’ con información de sus actividades. Se trata de una serie de 287 documentos que, según Julian Assange, pretenden ‘echar luz sobre una industria secreta que gana miles de millones de dólares’.
De esta manera, Wikileaks desvela que la tecnología actual existente en el mundo de las telecomunicaciones permite que los gobiernos y organizaciones de todo el mundo puedan espiar a individuos o poblaciones enteras. Por ejemplo, cada vez que un usuario teclea en su BlackBerry o iPhone puede ser grabado para saber qué información transmite. El propio responsable de Wikileaks, Julian Assange, lo expresó con las siguientes palabras: ‘¿Quién de aquí tiene un iPhone?, ¿Quién tiene una BlackBerry? ¿Quién usa Gmail? Pues estáis todos jodidos. La realidad es que los contratistas de Inteligencia están vendiendo ahora mismo a países de todo el mundo sistemas de vigilancia para esos productos’.
En la rueda de prensa que dio en Londres para presentar estos Spy Files, Assange afirmó a los medios de comunicación que las agencias de inteligencia, ejércitos y policía tienen hoy en día la capacidad sigilosa de interceptar llamadas, intervenir ordenadores e incluso localizar y hacer un seguimiento físico de las personas aunque únicamente lleven encima su teléfono móvil. Según Assange, los Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica y Canadá son los países que están desarrollando más estos sistemas de espionaje y que la información que consiguen la venden tanto a dictaduras como a democracias.
Los Spy Files hechos públicos desvelan información de 160 empresas de seguridad y espionaje internacionales, como la española Agnitio que, según Wikileaks, está desarrollando estas aplicaciones y aparatos de espionaje sin ningún tipo de regulación y mantiene una estrecha relación con algunos regímenes dictatoriales.
En este sentido, destaca el descubrimiento de Wikileaks de que la compañía de seguridad francesa Amesyssold habría vendido tecnología de espionaje al antiguo líder de Libia, Muamar Gadafi, para que pudiera espiar a la oposición de su gobierno.
El responsable de Wikileaks también afirmó que los sistemas de espionaje masivo e indiscriminado se han convertido en la norma y que ‘las compañías venden en secreto equipamiento para grabar constantemente las llamadas de teléfono de países enteros’.