"Lo más seguro es tener el dinero debajo del colchón". Esta frase, que probablemente todos hemos escuchado en algún momento, sobre todo en boca de personas mayores, está empezando a repetirse cada vez más frecuentemente.
La situación económica actual y la poca fiabilidad que han ofrecido algunos bancos -sobre todo después de la intervención del Banco de España sobre Bankia en mayo- ha provocado que muchas personas comenzaran a temer por sus ahorros, especialmente aquellas de mediana edad que son las que, hoy por hoy, pueden contar con pequeños patrimonios.
Pero guardar el dinero en casa no siempre resulta más seguro que tenerlo en el banco. De hecho, es importante tener en cuenta, por ejemplo, el aumento del número de robos que se están produciendo últimamente en domicilios particulares, o el riesgo de incendios.
Por ello, si finalmente se toma la decisión de guardar el dinero en la propia vivienda, hay que pensar bien el lugar en el que se esconde contando con los riesgos que se corre. Así, para evitar el robo, conviene saber que los ladrones siempre acuden a lugares comunes como los huecos tras las baldosas o azulejos, los colchones, la parte de atrás de las estanterías o los cajones o armarios de doble fondo.
Lugares que, además, también son completamente vulnerables en caso de incendio, siempre y cuando no se disponga de un sistema antiincendios efectivo que pueda proteger la vivienda y los bienes de valor que contenga.
Otra opción también conocida, pero más segura en caso de incendio, es guardar los billetes envueltos en papel de aluminio en bolsas herméticas o en recipientes opacos dentro del congelador y dejar que el hielo lo vaya cubriendo.
Las cajas fuertes son, probablemente, una de las opciones más fiables a la hora de guardar tanto dinero como objetos de valor o documentos importantes en el domicilio, perfectamente protegidos tanto de los robos como de los incendios. En estos casos, el único riesgo sería que el hurto se produjera con el propietario dentro de la vivienda y éste fuera coaccionado para abrirla.
Por último, puede resultar interesante, en vez de guardar el dinero en sí, conservar cheques de viaje. Su seguridad radica en que, en caso de pérdida –por ejemplo, por incendio- o robo, se da de baja el número de serie anterior y pueden ser reemplazados por unos nuevos en 24 horas. Igualmente, pueden ser emitidos en la divisa que se desee y, dependiendo de la entidad bancaria en la que se adquieran, no se cobra comisión alguna.
Foto: Biprot