Según el Informe sobre la Evolución de la Oferta de los productos para seguridad en base a su PVP medio y el volumen de productos en el mercado de 2008-14 desarollado por la empresa MatMax del que ya hablamos con anterioridad, las cámaras de seguridad han sido los productos con mayor crecimiento en cuanto al precio durante la crisis.
Pero, ¿por qué? Dejando a un lado la vigilancia en lugares públicos (que aumenta cada vez más debido a las posibles amenazas terroristas que existen en la actualidad a nivel mundial), esta tecnología se ha puesto a la orden del día en el ámbito privado dada la acentuación de los robos en viviendas y negocios.
Desde aquellos primeros modelos de imagen monocromática y cierta lentitud, las cámaras de seguridad han experimentado una evolución extraordinaria: trasmiten imágenes a color, en tiempo real y bajo condiciones meteorológicas adversas (incluida la nocturnidad). Pero todos estos avances habrán sido en vano si al situar la cámara de videovigilancia no se tienen en cuenta una serie de criterios:
1. Visibilidad: es importante colocar las cámaras en espacios abiertos y con un ángulo de visión no muy elevado.
2. Luminosidad: Evitar reflejos en exteriores y conseguir buena iluminación en interiores a través de focos de luz para mejorar la nitidez de la imagen.
3. Altura: las cámaras para uso corporativo requieren menor altura que las de uso residencial (que suelen situarse a unos 3 o 4 metros del suelo) principalmente por el tránsito de gente. Generalmente, las personas que acceden a un vivienda son conocidas y lo que se pretende es una monitoreo del espacio, mientras que en negocios el ingreso de personas es mayor y se necesita una identificación de las mismas más detallado.
4. Protección: es aconsejable colocar el centro de vigilancia o el ordenador desde donde se vigila fuera del acceso público, en un lugar no visible.
5. Señalética: tener las cámaras a la vista o carteles que indiquen la videovigilancia puede disuadir a los delincuentes en caso de tentativa de robo.
Por otro lado, queremos ofrecer tres consejos para evitar el acceso NO autorizado a las cámaras o grabaciones de viviendas o negocios. Son muchos los casos en los que alguien accede a ellas sin permiso y el propietario no es consciente de lo que está ocurriendo.
• NO dejar la contraseña de administración por defecto y crear códigos fuertes (utilizar letras mayúsculas y minúsculas combinadas con números y signos de puntuación).
• Deshabilitar los servicios que no se van a usar. Aunque cuenten con algún nivel de protección, no tiene sentido tenerlos en funcionamiento si no van a ser usados.
• Usar comunicaciones encriptadas cuando el acceso a los sistemas de videovigilancia se realice desde una conexión a internet. Toda información no encriptada puede ser interceptada y leída.